
Pero llegados a este punto, y disponiendo de un tiempo con nuestros alumnos que antes no teníamos, aparece en mi cabeza la siguiente pregunta: qué tipo de actividades quiero que mis alumnos realicen en clase?
Está claro que si estamos dispuestos a poner boca abajo nuestras clases no nos podemos limitar a realizar las tradicionales actividades en clase. Si somos atrevidos (si estamos leyendo esto, lo somos) hemos de estar dispuestos a dar un paso más y elevar categóricamente nuestras tareas, saltar hacia arriba en la taxonomía de Bloom, y dotar así a nuestro alumnado de las capacidades para crear, diseñar, explicar, proponer...
Y aquí es donde el Aprendizaje Basado en Proyectos encaja perfectamente, motivando a nuestro alumnado en cuestiones que le motivan y apoyándonos en aquella tecnología que logre intensificar esa motivación.
Y si todo esto somos capaces de conseguirlo convirtiendo nuestro proyectos en juegos (gamificándolo... que poco me gusta este palabra), pues no habremos dado la vuelta a la clase, la habremos revolucionado!!!